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Capítulo 26.

Cuando Seokjin le dio los nombres de los prestamistas no pudo buscarlos por su cuenta debido a la inmensidad de cosas que tenía qué hacer dentro y fuera de la empresa, pero ahora que tenía más tiempo por fin arreglaría aquel problema.

—Conque aquí es —dijo Jungkook, él y Seokjin estaban delante del edificio donde se encontraba el prestamista, era un edificio viejo y parecía abandonado, un lugar perfecto para esconderse.

En el transcurso de la noche llamó a su mejor amigo y le pidió de favor que de los tres prestamistas investigara quien de ellos tenían como peones a los tipos que le describió, los cuales eran los sabuesos que vio la vez pasada persiguiendo a Jimin. Seokjin lo investigó y de una manera muy rápida cabe decir.

—Aún no me has dicho porqué me pediste que encontrara a este prestamista en específico, ¿acaso tienes que ver con él?

El pelinegro prendió su cigarrillo antes voltear a ver a su amigo.

—Creo que puedo decirte —dijo—, este prestamista ha estado molestando a Jimin y sinceramente siento que ya se ha pasado bastante de la raya.

—¿De verdad?

Jungkook asintió con la cabeza, Seokjin tenía más dudas pero prefirió no comentar más aunque sí que tenía curiosidad de saber como el prometido de su amigo se había vinculado con ese peligroso prestamista. Pero a decir verdad si lo pensaba un poco más podía deducirlo fácilmente.

—Sí, así que sólo vine a dialogar con él y llegar a un acuerdo.

Kim alzó una ceja y negó con la cabeza, no estaba muy seguro.

—¿De verdad crees que se puede dialogar con personas así?, por sí no lo sabes son mafiosos, dialogar no es algo que conozcan.

Jungkook llevó el cigarrillo a sus labios y aspiró hasta llenar su boca de humo, luego lo expulsó con suavidad hacia fuera.

—¿No sería mejor si le hablamos a la policía?

—No te preocupes, no será necesario. Presiento que podré dialogar con ellos.

✧✦✧

Eril estaba en el suelo a unos pocos metros de Mark, intentando entender porqué razón ese hombre los había golpeado sin ninguna razón aparente. Aunque sí se ponían a pensar, quizás subestimarlo había sido un grave error, pues cuando lo vieron entrar y él le dijo que deseaba hablar con su jefe estos no dudaron en burlarse y amenazarlo con que se fuera de ahí si no quería recibir una paliza. Aunque Jungkook dijo que solo quería hablar estos inmediatamente se fueron contra él para iniciar una pelea.

Al final los sabuesos fueron los que recibieron una paliza, no pudieron darle ningún golpe certero a ese tipo que era notoriamente menos musculoso pero que sin duda tenía buena condición física y sabía pelear cuerpo a cuerpo.

—¿Por qué estás haciéndonos esto?, ¿acaso te hicimos algo? —cuestionó entonces.

Jungkook volteó a verlo, desviando su atención del otro sabueso. Mark al verlo distraído pensó que era buen momento para noquearlo pero Jeon logró anticiparlo y lo golpeó en el rostro dejándolo, ahora sí, viendo luces de colores.

Pese a que ambos sabuesos estaban en el suelo, Jungkook creía que aún no era suficiente.

Unos momentos después, los sabuesos habían entendido que no tenían la mínima posibilidad de ganar, así que cuando Jungkook se acercó a ellos, Eril abrió los ojos en grande, claramente mostrando miedo en ellos. No quería terminar como su compañero y muchos menos recibir más golpes, con lo que ya tenía era suficiente como para no moverse bien durante unos días, se levantaron del suelo y se pusieron de rodillas delante de él.

—Sentimos mucho haberlo ofendido, señor —dijeron ambos al unísono, sí, ya le hablaban con respeto.

—Lo sentimos mucho, por favor tenga piedad de nosotros —suplicó Mark con muecas de dolor, su mejilla estaba hinchada y le dolía, también tenía el labio reventado y posiblemente alguna que otra costilla lastimada.

—Sí señor, por favor déjenos ya —dijo Eril.

Jungkook frunció el ceño.

—Por favor no hace falta que se pongan de rodillas, vamos, levántense —trató de ayudarlos pero ellos se negaron a su ayuda.

Eril y Mark se miraron entre ellos con la cabeza baja.

—Yo prefiero quedarme así —dijo Mark.

—Aquí está cómodo —habló Eril.

Jungkook se alzó de hombros, si querían estar ahí pues que lo hicieran.

✧✦✧

Afuera, Seokjin se quedó en la puerta de la entrada, su amigo le había dicho que lo esperara ahí.

—Dios, ¿pero qué estará pasando allá dentro? —dijo angustiado al escuchar todo el alboroto que provenía de adentro, quería ver qué sucedía pero desafortunadamente las ventanas eran negras y no podía ver nada desde afuera.

Aunque su amigo no era un tipo que recurriera a la violencia normalmente y que siempre prefería optar por actuar con calma, cuando realmente era necesario usar la fuerza no había nadie que pudiera ganarle. No porque fuera el más fuerte, sino que su manera de anticipar los movimientos de su rival le daban una buena ventaja.

—Con esta sería la tercera vez que Jungkook se mete en una pelea —comentó para sí mismo mientras a su memoria llegaban las dos veces que su amigo se metió en conflictos en la preparatoria, eso le generó cierta nostalgia—. Como pasan los años.

—¡Entra ya!

Seokjin salió de sus pensamientos al ser llamado por su amigo, entró con cuidado y sorprendido de ver a aquellos fortachones de rodillas abrió la boca un poco, pero eso era de esperarse. 

—Esto es una locura —dijo—. Bueno, aunque creo que también actuaría así si esos malditos molestaran a mi prometido.

"¡¿Prometido?!" replicaron los sabuesos en sus mentes mientras se veían entre ellos claramente sorprendidos.

Jungkook y Seokjin miraron a estos.

—Ustedes se metieron con alguien importante para mí, en especial tú —señaló a Mark—, te atreviste a lastimar a Jimin así lo que les hice fue para vengarme.

Los ojos de los sabuesos se abrieron en grande al escuchar el nombre de Jimin, les era difícil creer que alguien como Jungkook se relacionara con un chico tan insignificante como lo era Park Jimin, pero ahora entendían porqué de los dos Mark había quedado más golpeado.

—A mi no me gusta la violencia pero en este caso fue necesario, tenía que hacerles ver que Jimin ya tiene a alguien quien lo proteja. Así que si vuelven a dañarlo no seré tan amable con ustedes dos —advirtió.

—¡Entendido! —dijo Eril.

—¡Por supuesto! —habló Mark.

—Entonces, ¿entienden por qué me vengué de ustedes? —ellos asintieron con la cabeza—. ¿Les pareció una venganza justificada?

—¡Sí señor! —contestaron al mismo tiempo.

—Ahora, pasando al tema central, Jimin pagará su deuda así que díganle a su jefe que recibirá el pago lo más pronto posible y que por favor ya no persiga ni chantajee a Jimin —pidió amable.

—¿Y cómo estaremos seguros de que le pagará al jefe? —preguntó Mark.

—Lleva muchos años con la deuda, dudo que pueda pagarlo —comentó Eril—. Y si no hacemos los cobros nos irá mal a nosotros.

—Yo me encargaré de su deuda ahora —informó, —créanlo o no, pero puedo costear la deuda que él tiene con ustedes.

—Eso es cierto, tiene mucho dinero —confirmó Seokjin haciendo con sus dedos la típica seña que demostraba dinero.

—Él trabaja para mí —informó Jungkook a los sabuesos.

—¿Eso duele? —les preguntó Seokjin y ellos asintieron—. Lo suponía —se rió unos segundos.

Jungkook negó con la cabeza.

—Él será quien se encargue de traerles el dinero.

—¡¿Yo?! —claramente no estaba de acuerdo con eso, se puso delante de Jungkook—. ¿Y yo por qué?

—Porque yo estaré muy ocupado como para venir y tú ya conoces el camino.

—¿Y eso qué?, yo no quiero venir aquí con estos tipos. ¿Por qué no vienes tú?

—Ya te expliqué que no tendré tiempo —le repitió.

—Eso no es una explicación —alegó.

Los amigos comenzaron una discusión y los sabuesos se volteaban a ver.

Eril miraba a Mark preguntándole con la mirada: "¿qué les pasa a estos locos?". Su compañero simplemente negaba con la cabeza y se alzaba de hombros.

✧✦✧

—Volviste —dijo Jimin con una fugaz sonrisa al ver a Jungkook caminando hacia la sala, él estaba sentado en el sofá grande con Ayla en su regazo y mirando una película.

—Sí —contestó—. Ya regreso.

—De acuerdo.

Jungkook se dirigió a su habitación y luego entró quitándose su abrigo largo de color beige. Su ropa tenía un poco de olor a tabaco, no quería que la pequeña Ayla y Jimin lo oliera, así que se cambió y luego se fue a cepillar sus dientes.

Ya sin ningún olor volvió a la sala y se sentó juntos a ellos, obteniendo la atención de ambos.

—¿Puedo preguntar a donde fuiste? —Jungkook había salido toda la tarde y tenía curiosidad.

—Tuve unos asuntos que arreglar junto con Jin, nada importante pero me llevó tiempo —mintió, sabía que sí decía la verdad Jimin se preocuparía y quizás hasta podría enojarse con él por intervenir en sus asuntos y eso era lo que menos quería.

La pequeña Ayla empezó a patalear con euforia y a sonreír tras ver a Jungkook, ya que no lo había visto durante un largo rato.

—¿Cómo estuvo tu día? —inquirió el ojiverde.

—Bien supongo, fuimos a la pastelería y ayudamos a Taehyung con la cocina. Me distraje mucho a decir verdad y fue agradable hablar con mi amigo.

—Me alegra que te distrajeras —Jungkook notó la felicidad de la bebé.

No sabía que se debía a él pero le acarició su mejilla y luego le devolvió la sonrisa haciendo que se pusiera aún más contenta.

La pequeña extendió su brazos hacia Jungkook y por supuesto que él la agarró.

—Creo que Ayla te quiere mucho —comentó mirando como su jefe dejaba besos por todo el rostro de ella, sonrió tierno y por un momento deseó ser él quién estuviera recibiendo esos besos.

—¿Eso crees? —volteó a verlo.

—Sin duda alguna, sólo mírala. Cuando está contigo se olvida completamente de mí.

—No creo que sea así.

Para probar lo que decía Jimin, extendió sus manos hacia su hija, la llamó e hizo como si la fuera a agarrar pero la pequeña lo rechazó y llevó sus bracitos hacia su pecho al mismo tiempo que soltaba un gruñido. Eso provocó la risa de Jungkook y con su codo Jimin le dio un golpecito en el brazo.

—No te burles.

—No me burlo —dijo entre risas y Jimin negó con la cabeza divertido.

—¿Ves?, si está contigo me olvida.

—¿Pero por qué lo hace?, no creo que yo haya hecho algo para que se apegara a mi —no comprendía.

Jimin se le quedó observando con una ceja alzada.

—La tratas con cariño y ella se da cuenta.

—Oh, entonces es eso. Bueno, a decir verdad solo la trato como creo que se debe tratar a un bebé; con amor, amabilidad y paciencia —dijo mientras acostaba a la pequeña entre sus brazos y le daba ligeros besitos en su naricita.

—Y es por eso que le gusta estar contigo —replicó.

De un momento a otro Jungkook se le quedó observando detenidamente a Jimin.

—¿Qué sucede? —inquirió.

El mayor pudo notar que el más bajito había cubierto con maquillaje el golpe que tenía en su mejilla, no se notaba en lo absoluto y eso le hizo preguntarse cuántas veces más había sucedido lo mismo para que los tapara de esa manera tan perfecta, y otra pregunta más retumbaba en su cabeza: "¿cuánto había sufrido?"

—Nada, sólo que hoy te ves muy lindo —y en eso no mentía, en verdad se veía bonito.

—Gracias —dijo con una sonrisa, escuchar eso sin duda alguna fue lo mejor de su día.

✧✦✧

—Así que Park pagó la deuda —habló el jefe, este era un hombre de más de 50 años y con el pelo un poco canoso, sus facciones eran marcadas y muy masculinas, lo que lo hacía un señor atractivo pese a su edad.

—Sí señor —dijo Mark—. Bueno, en realidad quien pagó su deuda fue su prometido.

—¿Su prometido?

El sabueso asintió con la cabeza.

—Ahora tiene sentido, era un tanto incoherente que ese chico pudiera pagar más de tres millones de un día para otro —comentó mientras veía el maletín con el dinero—. ¿Y quién es?

—Sabía que me preguntaría así que lo investigué —se acercó al jefe y le extendió una foto.

—Vaya, hasta que por fin usaste el cerebro —se burló al mismo tiempo que agarraba la fotografía, observó la imagen. Sus cejas se fruncieron durante un momento, luego dejó la fotografía sobre la mesa y le hizo un gesto con la mano a Mark para que siguiera hablando.

—Al parecer es un empresario bastante famoso y es el presidente de esa gran agencia de publicidad que está en la ciudad.

—¿La agencia de la familia Jeon?

—En efecto señor.

—Muy bien, lárgate y sigue haciendo tu trabajo.

—Entendido —Mark agarró el maletín—. Hay una cosa más...

Mark recordó la última conversación que tuvo con el trabajador del señor Jeon cuando este le entregó el dinero:

"—No quiere que Jimin se entere que fue él quién pagó la deuda.

—¿Y por qué no? ¿No se supone que son pareja? —contestó Mark algo confundido.

—Sólo no lo quiere y ya. No me dio más detalles, yo solo soy un mensajero. También me dijo que destruyeran el contrato y que si por alguna razón seguían molestando a Jimin con eso les iba a ir muy mal, mucho peor que la otra vez."

—No creo que sea buena idea meternos con ese tipo —dijo tras decirle a su jefe las palabras de Seokjin—. Además de saber pelear —se tocó su mejilla, sí, aún dolía—, supongo que tiene mucho poder y fácilmente podría meternos a la cárcel o hacer que nos cierren el lugar.

—Puede que tengas razón —dijo pero eso no le preocupó en lo absoluto—. Bueno, como ya pagó su deuda ve junto con Eril cuando terminen sus labores y hazle saber que su contrato terminó. Es tan ingenuo que no preguntará nada al respecto.

—Muy bien —Mark salió de la oficina.

Una vez que quedó solo, el de ojos grises volvió a observar la fotografía de Jungkook. Se quedó pensativo durante unos momentos, se levantó de su lugar y se dirigió a su caja fuerte, tras abrirla sacó unos documentos que tenía ahí, al mirarlos y confirmar lo que quería una sonrisa escapó de sus labios. Negó con la cabeza y se dirigió nuevamente a su escritorio.

—Quien lo diría —soltó una risa nasal antes de agarrar un puro de los cajones del escritorio—, el mundo es tan pequeño —comentó para después prender el puro y llevarlo a sus labios—. ¿Quién de ustedes vendrá primero? —sin duda alguna lo que podría suceder serían cosas muy interesantes.

✧✦✧

—¿Estuvo con un prestamista? —investigó Hyuwon.

Sí, llegó junto con el sub director general pero sólo Jungkook fue quien entró.

—¿Y qué estaba haciendo en un lugar así? —tomó asiento en el sofá individual de la sala de estar.

No lo sé señor, pero tardó un poco de tiempo allá dentro, luego entró ese tipo llamado Seokjin y tras unos minutos se fueron del lugar —informó el chico.

—Muy bien, tú continúa siguiéndolo y dime todo lo que haga.

Entendido.

Hyuwon cortó la llamada, había mandado a seguirlo para enterarse de todos los movimientos que Jungkook pudiera hacer en su contra. Temía que su sobrino se reuniera con los ejecutivos y accionistas de la empresa y que de alguna forma u otra dejarlo en mal ante ellos.

—¿Qué estará tramando? —se preguntó en voz alta.

—¿Tú no estarás tramando algo? —cuestionó el señor Hongseok, terminaba de bajar las escaleras y se aproximaba a la sala de estar.

Hyuwon volteó a ver a su padre.

—Se me olvida que también estás aquí —comentó con desagrado, guardando el teléfono en el bolsillo interno de su saco—. ¿Cuándo te irás de mi casa?, tu presencia me molesta y me irrita.

El abuelo se carcajeó mientras se sentaba en el sofá que estaba delante de Hyuwon.

—Jamás me iré de aquí, esta es mi casa y si no te gusta mi presencia solo vete —agarró el control de la televisión y la encendió.

—Bueno, tengo muchas mejores cosas que hacer —se puso de pie.

—Yo también, como seguir viendo mi serie —puso la serie que quería en Netflix y prosiguió a verla.

Hyuwon negó con la cabeza fastidiado y dio un paso hacia adelante pero se detuvo cuando su padre le habló y le dijo:

—Por cierto, ya me enteré qué hiciste que la agencia perdiera el contrato con Sunwol. ¿Sabes lo que eso significa para nuestra empresa?

Hyuwon lo sabía y bastante bien.

—No se cuál sea tu verdadero motivo por lo que haces esto a tu propia familia, solo te digo que si continúas haciendo cosas como esa me veré en la necesidad de hablar con mi nieto.

Hyuwon entendía a qué se refería su padre, lo obligó a mentirle a Jungkook diciendo que no podía destituirlo por ninguna manera pero si su papá le decía la verdad podría sacarlo incluso antes de que la cláusula fuera cumplida. Sólo bastaba con lograr su destitución por mayoría de votos de los ejecutivos de la empresa.

Hyuwon no contestó y simplemente continuó caminando hasta salir de la mansión Jeon.

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